miércoles, 2 de septiembre de 2015

Importancia y trascendencia de la comunicación.




Demóstenes



 nació en Atenas, en el 384 a.C. y falleció en Calauria. Destacó como orador, político y abogado. Sus dotes de oratoria constituyen la expresión más significativa de las proezas intelectuales de la antigua Grecia.
De joven soñaba con ser un gran orador, pero tenía una gran limitación, era tartamudo. Sin embargo haciendo gala de gran sentido de voluntad y perseverancia pudo superar esa circunstancia.
El que luego sería conocido como Padre de la Oratoria, se ganó la vida durante un tiempo como escritor profesional de discursos judiciales -logógrafo- y como abogado, redactando textos parapleitos entre particulares.
Asistía embelesado a los discursos de los oradores y filósofos más prominentes de la época -como Platón- a los que admiraba y quería imitar.
Entusiasmado busco la oportunidad de hablar, pero su primera presentación fue un desastre. A la tercera frase fue interrumpido por los gritos de la audiencia que increpaba sus repeticiones, debilidad de su voz y mala pronunciación. Las burlas acentuaron el nerviosismo y el tartamudeo de Demóstenes, quien se retiró entre los abucheos sin poder terminar su discurso.
Según Plutarco, la audiencia se burlaba de su dificultad en pronunciar la R y su estilo “plagado de largas frases con argumentos formalistas hasta un extremo duro y desagradable”.
Afirmaba también que “Tenía un habla extraña, difícil de entender, falta de aire, que, al romper y desenlazar las frases, oscurecía mucho el sentido y el significado de lo que decía”.

Demóstenes, sin embargo, en vez de desanimarse tomó esta situación como un desafió. Usó la frustración para llenarse de paciencia y confianza, embarcándose en la aventura de hacer todo lo necesario para superar sus deficiencias.

Su entrenamiento
Trabajó la dicción, su voz y sus gestos hasta el punto que su ahínco y su devoción se volvieron proverbiales.

Por la mañana, desde muy temprano, solía estudiar en una habitación subterránea que había construido él mismo. Por la tarde corría por las playas gritándole a las olas con todas sus fuerzas para así ejercitar sus pulmones.

Entrada la noche, se llenaba la boca con piedras y se ponía un cuchillo entre los dientes para forzarse a hablar sin tartamudear. Al regresar a la casa se paraba durante horas frente a un espejo para mejorar su postura y sus gestos.

Algunos ciudadanos se dieron cuenta de su talento y le animaron. Un anciano llamado Eunomo le dijo que se parecía a Pericles y un actor llamado Sátiro le apoyaba

Así pasaron años antes que reapareciera ante la asamblea defendiendo con éxito a un fabricante de lámparas, a quien sus ingratos hijos le querían arrebatar su patrimonio. También defendió su propia herencia que sus parientes querían quitarle

La seguridad, la elocuencia y la sabiduría de Demóstenes eran ahora ovacionadas por el público hasta el cansancio. Pronto fue nombrado Embajador.

Demóstenes se interesó por la política durante esa época. Dedicó sus años de plenitud física e intelectual a oponerse a la fiebre expansionista de Filipo II, rey de Macedonia y preservar la libertad de Atenas.

El llamado Canon Alejandrino, reconoce a Demóstenes como uno de los mayores logógrafos y oradores áticosCicerón le aclamó como "el orador perfecto" al que no le faltaba nada y Quintiliano le alabó diciendo que era "lex orandi" - la norma de la oratoria.

Según Longino, Demóstenes "perfeccionó al máximo el tono del discurso idealista, pasional, abundante, preparado, rápido".  Sus famosos discursos son conocidos como Filipicas.





El circuito de la comunicación fue diseñado por el lingüista ruso Roman Jackobson (1896-1982) con el objeto de describir el proceso comunicativo. Todo acto comunicativo, desde el más simple hasta el más complejo consta de los siguientes elementos: emisor, mensaje, receptor, referente, código, canal y retorno.






ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN:

EMISOR: es aquel que tiene la intención de genera un mensaje. Como tiene que ver con la voluntad, solo pueden ser emisores de mensajes el ser humano o algunos animales muy evolucionados (y aun así solo pueden emitir mensajes muy simples en códigos no lingüísticos), pero nunca un objeto. Un semáforo que nos indica que podemos avanzar o detenernos no es emisor de esos mensajes ya que es un robot programado sin voluntad propia. ¿De quién partió la intención de que en esa esquina se transmitan esos mensajes? Del intendente o de la municipalidad, si se quiere. Las instituciones, así como las asociaciones, empresas, etc. En tanto están formadas por personas, también pueden ser emisoras de mensajes. No existen texto espontáneos, siempre hay un emisor detrás y eso implica subjetividad, punto de vista, ideología. Aún en el caso de la prensa, que pretende ser “objetiva”, hay un lugar ideológico desde donde se informa. Por tal motivo, lo peor que una persona puede hacer es creer lisa y llanamente lo que dice la TV o los medios de comunicación. Para cualquier tipo de texto es obligada la pregunta ¿De dónde viene esto? ¿Quién es el emisor? ¿Cuál es su intencionalidad?

RECEPTOR: es el que recibe el mensaje. Valen las mismas consideraciones que para el emisor: únicamente pueden serlo las personas, agrupaciones de personas o animales muy inteligentes.

Diferencia entre receptor y destinatario: son términos parecidos pero que significan cosas distintas. Receptor es quien recibe un mensaje, sea para él o no; en cambio el destinatario es aquel para quien fue pensado el mensaje. Si yo escribí una carta a Pedro, este será el destinatario, pero si en el camino se pierde y la encuentra Luis, este será solamente receptor.
La noción de destinatario es importante ya que muchos textos se escriben pensando de antemano en quien los va a leer, entonces decimos que esos textos tiene un destinatario concreto. Ej: las propagandas de Coca Cola están hechas de modos tal que les guste a los jóvenes, ellos son el destinatario de ese mensaje; un aviso de pañales para bebés tendrá como destinatarios a las mamás; un discurso de fin de año a los alumnos que egresan, etc. Todo texto construye su propio destinatario.

MENSAJE: es lo que el emisor transmite al receptor. Tiene una extensión variable: desde un simple saludo hasta una novela de 200 páginas. Puede ser oral, escrito, mediante gestos o señas. Eso sí, si el receptor no comprendió lo que se le quiso transmitir, el mensaje no existe. No se consumó.

REFERENTE: Es el tema, aquello de lo que se habla en el mensaje (digamos que el mensaje podría ser la botella y el referente su contenido). Si el mensaje es simple, el referente se encuentra fácilmente; si es complejo, como es el caso de una novela, puede haber más de uno. La pregunta clave para identificarle es ¿de qué se habla acá? Y la respuesta se expresa mediante una frase sustantiva: la célula, el horario de clases, el descenso de Banfield, el amor, etc. No hay mensaje sin referente, siempre que nos comunicamos hablamos de algo.

CÓDIGO: es el sistema de signos mediante el cual armamos un mensaje. Incluye un conjunto de signos y las reglas que indican cómo combinar esos signos. Hay códigos simples, como el semáforo, que consta de tres signos (rojo, amarillo y verde) y reglas muy simples que indican que luces pueden aparecer prendidas al mismo tiempo (rojo y amarillo o verde y amarillo) y cuáles no (rojo y verde). Los códigos lingüísticos (en base a palabras) son los más importantes ya que permiten construir los mensajes más complejos. Todos los idiomas son códigos lingüísticos. En este caso el conjunto de signos son todas las palabras contenidas en el diccionario y las reglas constituyen la gramática de dicha lengua.
Los códigos se dividen el lingüísticos  (lengua oral y lengua escrita) y no lingüísticos (gesto señas, dibujos, sonidos, luces, colores, etc.).

CANAL: es el medio físico que permite que el mensaje llegue del emisor al receptor. Está determinado por el código que usamos. Los mensaje sonoros (la lengua oral, por ejemplo) tienen como canal el aire, ya que el sonido se propaga en la atmósfera; los mensajes escritos (lengua escrita o dibujo) pueden tener como canal un papel, un pizarrón, una pared o cualquier superficie sobre la cual se puedan “apoyar” esos signos; los gestos y las señas tienen como canal el cuerpo humano. Sin canal no hay mensaje.
El concepto de canal se puede complejizar. En una conversación entre dos personas podemos decir que es el aire o bien armar la siguiente cadena: aparato fonador – aire - aparato receptor (boca – aire – oído). Los mensajes escritos poseen los canales más complejos. Un artículo escrito por un periodista debe recorrer un largo camino para llegar hasta el lector: periodista – corrector – diagramador- imprenta – distribuidora – puesto de diario – lector.
Los medios masivos de comunicación son un fenómeno que tiene que ver con la evolución del canal a lo largo de los siglos: el diario, la radio, la Tv, Internet nos permiten acceder a la información de manera rápida. El problema una vez más es ¿Cómo se procesa esa información? ¿Qué intereses políticos o económicos hay detrás de un multimedio? ¿A quién beneficia la difusión exhaustiva de determinado tema en detrimento de otro? Son preguntas obligadas que un buen receptor debe hacerse.

RETORNO: es la posibilidad que tiene el receptor de responderle al emisor, invirtiendo ambos roles. Sin retorno no comunicación, pues éste es quien cierra el circuito.

CIRCUITO DE LA COMUNICACIÓN




  
Los elementos de comunicación son utilizados para las "funciones lingüísticas", son los siguientes (6):
Enunciador o Emisor: es la persona que produce y transmite el mensaje, utilizando un código determinado; puede combinar distintos códigos.
Enunciatario o Receptor: es la persona que recibe el mensaje, identifica el código y lo comprende, mediante un proceso de decodificación o descifrado.
Mensaje: es la información que se transmite; utilizando un código específico o combina varios códigos.
Código: es el conjunto de signos y señales que se combinan siguiendo determinadas reglas conocidas por los interlocutores.
Contexto: es el entorno compartido por los interlocutores. El contexto está integrado por los factores psicológicos sociales que dan sentido al mensaje, se reconocen diferentes tipos:
Contexto Lingüístico: el significado de las palabras depende de las otras palabras.
Contexto Situacional: el significado de las palabras depende de la situación del hablante en el espacio, en el tiempo y en el diálogo.
Contexto Socio-histórico: las palabras adquieren significado, dependiendo del cúmulo de conocimientos que tiene el hablante por el hecho de vivir en algún lugar.
Canal: en el medio físico por el cual se transmite y circula el mensaje.


Asómate y lee: Comunicación Oral y Escrita

sábado, 8 de agosto de 2015

Expresión oral trascendental



          Generalmente hablar en público provoca que salgan a la luz nuestros problemas de timidez, inseguridad  y el poco dominio de las cualidades orales; en ese momento suceden muchas cosas.   El verbalizar nuestros pensamientos con la intención de hacerlos llegar a nuestro interlocutor(es) es una acción cotidiana de gran trascencia y, en  la mayoría de las ocasiones, de poca conciencia. El habla como competencia comunicativa es la base de la civilización de la que hoy formamos parte, pues a través de esta,  una persona es capaz de comportarse de manera eficaz en determinadas circunstancias. 

             D. Hymes nos dice que  la competencia comunicativa se relaciona con saber: cuándo hablar, cuándo no, y de qué hablar, con quién, cuándo, dónde, en qué forma;  es decir, se trata de la capacidad de formar enunciados que no solo sean gramaticalmente correctos sino también socialmente apropiados, según la naturaleza de la circunstancias.  Es este autor quien formula la primera definición del concepto, en los años 70 del siglo XX, en sus estudios de sociolingüística y de etnografía de la comunicación en EE.UU. 
propone cuatro criterios para describir las formas de comunicación.

                Señalar la importancia de hablar bien no es por cuestiones elitistas o especificamente intelectuales. Hablar tiene un impacto y repercusiones; debajo de nuestra palabras existen intenciones y finalidades que pueden ser muy diversas, pero es momento de centrarnos en cómo lograr que nuestra expresión oral sea trascendente frente a un público.

                En el transcurso de tu vida académica, profesional y personal, sin duda habrá infinidad de situaciones en las que tengas que poner en práctica el arte de hablar y, para ello, es importante tengas presente algunas recomendaciones. A continuación  incluímos un artículo realizado por Aarón Benitez  quien es escritor y conferencista,  nos orienta sobre las cosas que debemos hacer, cuando estamos frente a una audiencia. 

CONFERENCIAS TRASCENDENTALES
Escrito por Aaron Benitez
 

1] Prepara la presentación en tu mente. Imagínate dándola mientras te estás bañando, mientras conduces, mientras estás por levantarte de la cama. Eso es preparación. La mente crea la realidad y entre más persistente sea tu pensamiento, más probable será.

[2] Piensa qué preguntas quisieras que te hicieran sobre el tema y todas esas respóndelas durante tu plática. La gente siente cosquillas cerebrales cuando le tocas los puntos neurálgicos de aquello que querían saber pero que no se atrevían a preguntar.
[3] El número de diapositivas no importa. Yo generalmente sólo hago una. Y de preferencia ninguna. Lo más importante no es tu archivo de Keynote, tu Prezi o tu PowerPoint. Lo más importante de tu presentación eres tú, dado que eres el que está presentando.
[4] Si tu presentación la puede dar alguien más con tu archivo de Keynote/Prezi/PowerPoint eso revela dos cosas: que eres reemplazable (y no queremos eso) y que tu trabajo es de bajo desempeño (mucho menos queremos eso).
[5] No categorices las presentaciones como “éstas son importantes porque voy a dar la conferencia en (tal lugar de prestigio)” y “ésta no es tan importante porque sólo es para los de la oficina”. No. Imagina que estás por morir y es la última presentación que vas a dejar sobre la faz de la Tierra. Vela como tu legado.
[6] Camina durante la narrativa de tu historia. Párate firme y poderoso cuando quieras enfatizar un punto.
[7] Ponte la meta de ubicar entre la audiencia todo lo que puedas de color “verde” – por mencionar cualquiera – y escanea por todos lados hasta encontrar todo lo verde que haya frente a ti. Esto te ayuda a evitar el clavarte a ver a sólo las mismas personas y demás.
[8] No practiques tu presentación. No la practiques. Esto no es la primaria. Esto no es un examen. Queremos una plática. Eres la experta, eres el experto. Hay una razón por la cual estás al frente. Hay una razón por la que te pidieron dar tu explicación. Dala. No memorices. Mis mejores conferencias han sido aquellas donde me he entregado a platicar con la gente como si fueran mis mejores amigos y me estuvieran poniendo toda la atención del mundo.
[9] Ten estructura. Debe haber una introducción, un background. También tienes que tener el punto a desarrollar dividido en pedazos masticables. Y cierra con la conclusión más personal, más íntima posible. De nuevo: cierra con tu reflexión más profunda del tema.
[10] Prioritiza. Lo más seguro es que no puedas explicar todo lo que quieres explicar del tema en el tiempo asignado. Eso es normal. Escoge uno o dos subtemas y enfócate en ellos. Invita a tu audiencia a seguir contigo y el tema en tus libros, en tu sitio web, en tu programa de televisión, etcétera.
[11] Preferible ser conciso con uno o dos temas manejables en la conferencia a tener el estrés de querer abordar los ochocientos secretos de una vida exitosa en cincuenta minutos.
[12] Si estás en la universidad, no cometas la tontería de “dividir” la exposición de un tema con tus compañeros. No están en la secundaria y los temas no se dividen así de “tú explicas este párrafo y tú éste y yo éste”. Busca siempre ser tú quien se ponga al frente. Y deja de pensar en modo bajo desempeño diciendo “pero es que yo hice el trabajo, yo compré las cosas, ¿y aparte debo explicarlo también?” Sí. Explícalo. Deja de quejarte. Exponer, explicar, pasar al frente del salón ES LO MEJOR que puedes hacer en todos tus cursos universitarios. Te ayuda a levantar tu perfil, a darte seguridad y a comprometerte a explicar algo de forma lo más clara posible. A explicar, no a recitar como niño bien portado. Alguna vez expliqué un teorema matemático del cual el día de hoy no recuerdo ni el nombre. En su momento consulté con mi papá, resolví algunos ejercicios al respecto y leí lo más que pude sobre el por qué existía ese maldito teorema. Pasé, lo expliqué – y como las expectativas sobre mí eran pobres en ese respecto – todo el mundo quedó fascinado. Me hicieron preguntas y pude responder algunas. Luego el mostró tomó la batuta y adelante. Lo mismo con un sistema interno en una organización internacional. Me paré frente a tipos que me doblaban la edad, me triplicaban la experiencia y me rebasan en cuatro órdenes de magnitud en recursos económicos y educación. Y quedaron fascinados. Esto lo sé porque me lo dijeron y porque hicieron muchas preguntas. Prepárate en el sentido honesto de entender más sobre el tema que aquellos a los que vas a servir, eso es todo. No te prepares para tu conferencia en el sentido de estar posando como diva frente al espejo.
[13] Ten expectativas de tu audiencia y díselas todo el tiempo de la conferencia. Al inicio: “espero preguntas de todos ustedes, las preguntas son el reflejo de una audiencia inteligente como ustedes”. A la mitad: “y sobre este punto, me van a preguntar más en unos momentos”. Y al final: “ahora es el momento donde demuestran su capacidad de ser personas de alto desempeño, de poner su marca a esta plática y hacer sus preguntas. No hay preguntas tontas, y si hacen una así, no me voy a reír”. Presiónalos.
[14] El respeto es un miedo civilizado y educado. No le tengas respeto a tu audiencia en el sentido de pensar que deben ser sólo una masa inerte y pasiva a la espera de tu sabiduría. Diles lo que esperas de ellos, presiónalos, bromea con ellos. Relájalos. Al hacerlo, te relajarás tú también. Asígnales un perfil psicológico y gánatelos.
[15] No hables ni te expreses ni actúes de una forma en que no hablas, no te expresas o no actúas en el día a día. Se nota cuando estás siendo fantoche. No seas fantoche. Por favor, no seas fantoche. Los pros notamos esto enseguida. Y no quieres joder tu reputación con los pros.
[16] ¿Cómo vestir? Como te sientas cómodo y como irías a la celebración del cumpleaños de tu abuelita en un restaurante elegante. En serio, como te sientas cómodo sin abusar de lo cómodo. Si usar un traje y corbata te saca ronchas, tal vez el asunto no va por ahí. Platica con los organizadores sobre lo que tienen en mente y pondéralo con lo que tú tienes en mente y listo.
[17] Un gran conferencista es en esencia un gran maestro. Sabe captar la atención de su audiencia, sabe leerlos, sabe cómo activar una carcajada general o cómo crear expectación. Si todo esto te suena cansado, aburrido, tedioso y sólo quieres enfocarte en tu presentación técnica y listo, estamos en diferentes frecuencias. Yo estoy hablando de cómo hacer que cada vez que estés al frente de un grupo de personas hagas el asunto memorable, sin importar si son cinco o cinco mil.
[18] Da clases. De inglés. De yoga. De algo. Aprende sobre las mejores técnicas de la enseñanza. Verás que no hay mucha distinción entre un grupo de adolescentes y uno de niños y uno de adultos y uno de profesionales y uno de universitarios. Al final lo que requieres es ajustarte tú, pero dominando la lectura del lenguaje corporal, el timing, la modulación de tu voz y tu ubicación en el salón/auditorio. Verás que todo eso te da mucho control sobre cómo la efectividad en la impartición de tu mensaje.
[19] Que tu objetivo no sea que te inviten a dar conferencias. Eso es irrelevante. Es una tontería. Que tu objetivo diario sea hacer cosas relevantes. Hacer bien las cosas. Inspirar a otros a través de tu comportamiento, a través de tus decisiones, a través de tu audiencia.
[20] Sé relevante durante un largo periodo de tiempo sostenido y construirás una obra que llamará la atención de las mentes adecuadas. Y esas mentes adecuadas comenzarán a jalarte. Para preguntas. Para negocios. Para oportunidades. Para reuniones. Para conferencias.
[21] Explica todo lo que haces todo el tiempo, explica tu visión todo el tiempo aquí, en el gran salón de clases que es internet. Internet es un gran auditorio. Si no te habías dado cuenta, aquí estamos todos queriendo que nos sorprendas y que nos hagas engancharnos contigo. Queremos que nos expliques cosas. No vas a lograr que te veamos como gran maestro o gran conferencista con los memes chistosos y con quejas en hashtags. Lo vas a lograr moviéndonos a cosas grandes.
[22] Si te asignan el título de tu conferencia – digamos algo como “La importancia de las verduras” – y tú quieres hablar de algo que aparentemente no tiene que ver con eso, hazlo. No es falta de respeto. Estás engrandeciendo el tema al combinarlo con otro. ¿Por qué no hablar de la importancia de las verduras (nutrición) conectándolo con nuestro pobre comportamiento personal moderno (psicología)?
[23] Otro punto estilo guerra de guerrillas es que hables de lo que sabes que tienes que hablar independientemente de sólo el tema asignado. Yo hablo sobre cómo abordar nuestra existencia de una forma más trascendental en todas mis participaciones sobre negocios. No pido permiso a los organizadores. Simplemente sé que es importante y sé que debo decirlo porque yo – el conferencista, el profesor invitado – tengo el deber moral de explicar y exponer el mejor mensaje que tengo en mí. Estoy sirviendo a la comunidad en el largo plazo, no cumpliendo un compromiso profesional para olvidarlo pronto.
[24] Más allá del ego engrandecido por estar al frente de tres, treinta, trescientas o tres mil almas que nos ponen su total atención, la forma trascendental de abordar nuestras conferencias es entendiendo que es un servicio a esa comunidad. Si lo abordamos así, conectaremos mejor. Si lo vemos como un mero aparador para lucirnos en lo personal, eso sirve para una foto y poco más. Dar una conferencia es servir al mundo de la forma más milenariamente probada posible: explicando algo de forma oral.
[25] No creas que el éxito de alguien que hoy conoces como un gran conferencista llegó de la nada. Te puedo decir que me siento muy contento con la mayoría de mis conferencias. Pero a pesar de más de diez años de experiencia en esta actividad, aún yerro. Mi desempeño en algunos eventos de altísimo perfil no me ha dejado tan contento porque sé que pude haberlo hecho muchísimo mejor. Así es esto. Hay días buenos y hay días mejores. Cero latigazos emocionales. A mentalizarme para el siguiente evento. Haz lo mismo.
[26] Si hoy tuvieras que dar una conferencia, ¿qué nos explicarías para agregarlo a nuestra reserva de recursos mentales por el resto de nuestras vidas?


Conferencias trascencentales(Aarón Benitez)