sábado, 8 de agosto de 2015

Expresión oral trascendental



          Generalmente hablar en público provoca que salgan a la luz nuestros problemas de timidez, inseguridad  y el poco dominio de las cualidades orales; en ese momento suceden muchas cosas.   El verbalizar nuestros pensamientos con la intención de hacerlos llegar a nuestro interlocutor(es) es una acción cotidiana de gran trascencia y, en  la mayoría de las ocasiones, de poca conciencia. El habla como competencia comunicativa es la base de la civilización de la que hoy formamos parte, pues a través de esta,  una persona es capaz de comportarse de manera eficaz en determinadas circunstancias. 

             D. Hymes nos dice que  la competencia comunicativa se relaciona con saber: cuándo hablar, cuándo no, y de qué hablar, con quién, cuándo, dónde, en qué forma;  es decir, se trata de la capacidad de formar enunciados que no solo sean gramaticalmente correctos sino también socialmente apropiados, según la naturaleza de la circunstancias.  Es este autor quien formula la primera definición del concepto, en los años 70 del siglo XX, en sus estudios de sociolingüística y de etnografía de la comunicación en EE.UU. 
propone cuatro criterios para describir las formas de comunicación.

                Señalar la importancia de hablar bien no es por cuestiones elitistas o especificamente intelectuales. Hablar tiene un impacto y repercusiones; debajo de nuestra palabras existen intenciones y finalidades que pueden ser muy diversas, pero es momento de centrarnos en cómo lograr que nuestra expresión oral sea trascendente frente a un público.

                En el transcurso de tu vida académica, profesional y personal, sin duda habrá infinidad de situaciones en las que tengas que poner en práctica el arte de hablar y, para ello, es importante tengas presente algunas recomendaciones. A continuación  incluímos un artículo realizado por Aarón Benitez  quien es escritor y conferencista,  nos orienta sobre las cosas que debemos hacer, cuando estamos frente a una audiencia. 

CONFERENCIAS TRASCENDENTALES
Escrito por Aaron Benitez
 

1] Prepara la presentación en tu mente. Imagínate dándola mientras te estás bañando, mientras conduces, mientras estás por levantarte de la cama. Eso es preparación. La mente crea la realidad y entre más persistente sea tu pensamiento, más probable será.

[2] Piensa qué preguntas quisieras que te hicieran sobre el tema y todas esas respóndelas durante tu plática. La gente siente cosquillas cerebrales cuando le tocas los puntos neurálgicos de aquello que querían saber pero que no se atrevían a preguntar.
[3] El número de diapositivas no importa. Yo generalmente sólo hago una. Y de preferencia ninguna. Lo más importante no es tu archivo de Keynote, tu Prezi o tu PowerPoint. Lo más importante de tu presentación eres tú, dado que eres el que está presentando.
[4] Si tu presentación la puede dar alguien más con tu archivo de Keynote/Prezi/PowerPoint eso revela dos cosas: que eres reemplazable (y no queremos eso) y que tu trabajo es de bajo desempeño (mucho menos queremos eso).
[5] No categorices las presentaciones como “éstas son importantes porque voy a dar la conferencia en (tal lugar de prestigio)” y “ésta no es tan importante porque sólo es para los de la oficina”. No. Imagina que estás por morir y es la última presentación que vas a dejar sobre la faz de la Tierra. Vela como tu legado.
[6] Camina durante la narrativa de tu historia. Párate firme y poderoso cuando quieras enfatizar un punto.
[7] Ponte la meta de ubicar entre la audiencia todo lo que puedas de color “verde” – por mencionar cualquiera – y escanea por todos lados hasta encontrar todo lo verde que haya frente a ti. Esto te ayuda a evitar el clavarte a ver a sólo las mismas personas y demás.
[8] No practiques tu presentación. No la practiques. Esto no es la primaria. Esto no es un examen. Queremos una plática. Eres la experta, eres el experto. Hay una razón por la cual estás al frente. Hay una razón por la que te pidieron dar tu explicación. Dala. No memorices. Mis mejores conferencias han sido aquellas donde me he entregado a platicar con la gente como si fueran mis mejores amigos y me estuvieran poniendo toda la atención del mundo.
[9] Ten estructura. Debe haber una introducción, un background. También tienes que tener el punto a desarrollar dividido en pedazos masticables. Y cierra con la conclusión más personal, más íntima posible. De nuevo: cierra con tu reflexión más profunda del tema.
[10] Prioritiza. Lo más seguro es que no puedas explicar todo lo que quieres explicar del tema en el tiempo asignado. Eso es normal. Escoge uno o dos subtemas y enfócate en ellos. Invita a tu audiencia a seguir contigo y el tema en tus libros, en tu sitio web, en tu programa de televisión, etcétera.
[11] Preferible ser conciso con uno o dos temas manejables en la conferencia a tener el estrés de querer abordar los ochocientos secretos de una vida exitosa en cincuenta minutos.
[12] Si estás en la universidad, no cometas la tontería de “dividir” la exposición de un tema con tus compañeros. No están en la secundaria y los temas no se dividen así de “tú explicas este párrafo y tú éste y yo éste”. Busca siempre ser tú quien se ponga al frente. Y deja de pensar en modo bajo desempeño diciendo “pero es que yo hice el trabajo, yo compré las cosas, ¿y aparte debo explicarlo también?” Sí. Explícalo. Deja de quejarte. Exponer, explicar, pasar al frente del salón ES LO MEJOR que puedes hacer en todos tus cursos universitarios. Te ayuda a levantar tu perfil, a darte seguridad y a comprometerte a explicar algo de forma lo más clara posible. A explicar, no a recitar como niño bien portado. Alguna vez expliqué un teorema matemático del cual el día de hoy no recuerdo ni el nombre. En su momento consulté con mi papá, resolví algunos ejercicios al respecto y leí lo más que pude sobre el por qué existía ese maldito teorema. Pasé, lo expliqué – y como las expectativas sobre mí eran pobres en ese respecto – todo el mundo quedó fascinado. Me hicieron preguntas y pude responder algunas. Luego el mostró tomó la batuta y adelante. Lo mismo con un sistema interno en una organización internacional. Me paré frente a tipos que me doblaban la edad, me triplicaban la experiencia y me rebasan en cuatro órdenes de magnitud en recursos económicos y educación. Y quedaron fascinados. Esto lo sé porque me lo dijeron y porque hicieron muchas preguntas. Prepárate en el sentido honesto de entender más sobre el tema que aquellos a los que vas a servir, eso es todo. No te prepares para tu conferencia en el sentido de estar posando como diva frente al espejo.
[13] Ten expectativas de tu audiencia y díselas todo el tiempo de la conferencia. Al inicio: “espero preguntas de todos ustedes, las preguntas son el reflejo de una audiencia inteligente como ustedes”. A la mitad: “y sobre este punto, me van a preguntar más en unos momentos”. Y al final: “ahora es el momento donde demuestran su capacidad de ser personas de alto desempeño, de poner su marca a esta plática y hacer sus preguntas. No hay preguntas tontas, y si hacen una así, no me voy a reír”. Presiónalos.
[14] El respeto es un miedo civilizado y educado. No le tengas respeto a tu audiencia en el sentido de pensar que deben ser sólo una masa inerte y pasiva a la espera de tu sabiduría. Diles lo que esperas de ellos, presiónalos, bromea con ellos. Relájalos. Al hacerlo, te relajarás tú también. Asígnales un perfil psicológico y gánatelos.
[15] No hables ni te expreses ni actúes de una forma en que no hablas, no te expresas o no actúas en el día a día. Se nota cuando estás siendo fantoche. No seas fantoche. Por favor, no seas fantoche. Los pros notamos esto enseguida. Y no quieres joder tu reputación con los pros.
[16] ¿Cómo vestir? Como te sientas cómodo y como irías a la celebración del cumpleaños de tu abuelita en un restaurante elegante. En serio, como te sientas cómodo sin abusar de lo cómodo. Si usar un traje y corbata te saca ronchas, tal vez el asunto no va por ahí. Platica con los organizadores sobre lo que tienen en mente y pondéralo con lo que tú tienes en mente y listo.
[17] Un gran conferencista es en esencia un gran maestro. Sabe captar la atención de su audiencia, sabe leerlos, sabe cómo activar una carcajada general o cómo crear expectación. Si todo esto te suena cansado, aburrido, tedioso y sólo quieres enfocarte en tu presentación técnica y listo, estamos en diferentes frecuencias. Yo estoy hablando de cómo hacer que cada vez que estés al frente de un grupo de personas hagas el asunto memorable, sin importar si son cinco o cinco mil.
[18] Da clases. De inglés. De yoga. De algo. Aprende sobre las mejores técnicas de la enseñanza. Verás que no hay mucha distinción entre un grupo de adolescentes y uno de niños y uno de adultos y uno de profesionales y uno de universitarios. Al final lo que requieres es ajustarte tú, pero dominando la lectura del lenguaje corporal, el timing, la modulación de tu voz y tu ubicación en el salón/auditorio. Verás que todo eso te da mucho control sobre cómo la efectividad en la impartición de tu mensaje.
[19] Que tu objetivo no sea que te inviten a dar conferencias. Eso es irrelevante. Es una tontería. Que tu objetivo diario sea hacer cosas relevantes. Hacer bien las cosas. Inspirar a otros a través de tu comportamiento, a través de tus decisiones, a través de tu audiencia.
[20] Sé relevante durante un largo periodo de tiempo sostenido y construirás una obra que llamará la atención de las mentes adecuadas. Y esas mentes adecuadas comenzarán a jalarte. Para preguntas. Para negocios. Para oportunidades. Para reuniones. Para conferencias.
[21] Explica todo lo que haces todo el tiempo, explica tu visión todo el tiempo aquí, en el gran salón de clases que es internet. Internet es un gran auditorio. Si no te habías dado cuenta, aquí estamos todos queriendo que nos sorprendas y que nos hagas engancharnos contigo. Queremos que nos expliques cosas. No vas a lograr que te veamos como gran maestro o gran conferencista con los memes chistosos y con quejas en hashtags. Lo vas a lograr moviéndonos a cosas grandes.
[22] Si te asignan el título de tu conferencia – digamos algo como “La importancia de las verduras” – y tú quieres hablar de algo que aparentemente no tiene que ver con eso, hazlo. No es falta de respeto. Estás engrandeciendo el tema al combinarlo con otro. ¿Por qué no hablar de la importancia de las verduras (nutrición) conectándolo con nuestro pobre comportamiento personal moderno (psicología)?
[23] Otro punto estilo guerra de guerrillas es que hables de lo que sabes que tienes que hablar independientemente de sólo el tema asignado. Yo hablo sobre cómo abordar nuestra existencia de una forma más trascendental en todas mis participaciones sobre negocios. No pido permiso a los organizadores. Simplemente sé que es importante y sé que debo decirlo porque yo – el conferencista, el profesor invitado – tengo el deber moral de explicar y exponer el mejor mensaje que tengo en mí. Estoy sirviendo a la comunidad en el largo plazo, no cumpliendo un compromiso profesional para olvidarlo pronto.
[24] Más allá del ego engrandecido por estar al frente de tres, treinta, trescientas o tres mil almas que nos ponen su total atención, la forma trascendental de abordar nuestras conferencias es entendiendo que es un servicio a esa comunidad. Si lo abordamos así, conectaremos mejor. Si lo vemos como un mero aparador para lucirnos en lo personal, eso sirve para una foto y poco más. Dar una conferencia es servir al mundo de la forma más milenariamente probada posible: explicando algo de forma oral.
[25] No creas que el éxito de alguien que hoy conoces como un gran conferencista llegó de la nada. Te puedo decir que me siento muy contento con la mayoría de mis conferencias. Pero a pesar de más de diez años de experiencia en esta actividad, aún yerro. Mi desempeño en algunos eventos de altísimo perfil no me ha dejado tan contento porque sé que pude haberlo hecho muchísimo mejor. Así es esto. Hay días buenos y hay días mejores. Cero latigazos emocionales. A mentalizarme para el siguiente evento. Haz lo mismo.
[26] Si hoy tuvieras que dar una conferencia, ¿qué nos explicarías para agregarlo a nuestra reserva de recursos mentales por el resto de nuestras vidas?


Conferencias trascencentales(Aarón Benitez)