Generalmente hablar en público provoca que salgan a la luz nuestros
problemas de timidez, inseguridad y el poco dominio de las cualidades
orales; en ese momento suceden muchas cosas. El verbalizar nuestros pensamientos con la intención de hacerlos llegar a nuestro interlocutor(es) es una acción cotidiana de gran trascencia y, en la mayoría de las ocasiones, de poca conciencia. El habla como competencia comunicativa es la base de la civilización de la que hoy formamos parte, pues a través de esta, una persona es capaz de comportarse de manera eficaz en determinadas circunstancias.
D. Hymes nos dice que la competencia
comunicativa se relaciona con saber: cuándo hablar, cuándo no, y de qué
hablar, con quién, cuándo, dónde, en qué forma; es decir, se trata de
la capacidad de formar enunciados
que no solo sean gramaticalmente correctos sino también socialmente apropiados, según la naturaleza de la circunstancias.
Es este autor quien formula la primera definición del concepto, en los
años 70 del siglo XX,
en sus estudios de sociolingüística y de etnografía
de la comunicación en EE.UU.
propone cuatro criterios para describir
las formas de comunicación.Señalar la importancia de hablar bien no es por cuestiones elitistas o especificamente intelectuales. Hablar tiene un impacto y repercusiones; debajo de nuestra palabras existen intenciones y finalidades que pueden ser muy diversas, pero es momento de centrarnos en cómo lograr que nuestra expresión oral sea trascendente frente a un público.
En el transcurso de tu vida académica, profesional y personal, sin duda habrá infinidad de situaciones en las que tengas que poner en práctica el arte de hablar y, para ello, es importante tengas presente algunas recomendaciones. A continuación incluímos un artículo realizado por Aarón Benitez quien es escritor y conferencista, nos orienta sobre las cosas que debemos hacer, cuando estamos frente a una audiencia.
CONFERENCIAS
TRASCENDENTALES
Escrito por Aaron Benitez
1] Prepara la presentación en tu
mente. Imagínate dándola mientras te estás bañando, mientras conduces, mientras
estás por levantarte de la cama. Eso es preparación. La mente crea la realidad
y entre más persistente sea tu pensamiento, más probable será.
[2] Piensa qué preguntas quisieras que te hicieran sobre el tema y todas esas respóndelas durante tu plática. La gente siente cosquillas cerebrales cuando le tocas los puntos neurálgicos de aquello que querían saber pero que no se atrevían a preguntar.
[2] Piensa qué preguntas quisieras que te hicieran sobre el tema y todas esas respóndelas durante tu plática. La gente siente cosquillas cerebrales cuando le tocas los puntos neurálgicos de aquello que querían saber pero que no se atrevían a preguntar.
[3] El número de diapositivas no importa. Yo
generalmente sólo hago una. Y de preferencia ninguna. Lo más importante no es
tu archivo de Keynote, tu Prezi o tu PowerPoint. Lo más importante de tu
presentación eres tú, dado que eres el que está presentando.
[4] Si tu presentación la puede dar alguien más con
tu archivo de Keynote/Prezi/PowerPoint eso revela dos cosas: que eres
reemplazable (y no queremos eso) y que tu trabajo es de bajo desempeño (mucho
menos queremos eso).
[5] No categorices las presentaciones como “éstas
son importantes porque voy a dar la conferencia en (tal lugar de prestigio)” y
“ésta no es tan importante porque sólo es para los de la oficina”. No. Imagina
que estás por morir y es la última presentación que vas a dejar sobre la faz de
la Tierra. Vela como tu legado.
[6] Camina durante la narrativa de tu historia.
Párate firme y poderoso cuando quieras enfatizar un punto.
[7] Ponte la meta de ubicar entre la audiencia todo
lo que puedas de color “verde” – por mencionar cualquiera – y escanea por todos
lados hasta encontrar todo lo verde que haya frente a ti. Esto te ayuda a
evitar el clavarte a ver a sólo las mismas personas y demás.
[8] No practiques tu presentación. No la
practiques. Esto no es la primaria. Esto no es un examen. Queremos una plática.
Eres la experta, eres el experto. Hay una razón por la cual estás al frente.
Hay una razón por la que te pidieron dar tu explicación. Dala. No memorices.
Mis mejores conferencias han sido aquellas donde me he entregado a platicar con
la gente como si fueran mis mejores amigos y me estuvieran poniendo toda la
atención del mundo.
[9] Ten estructura. Debe haber una introducción, un
background. También tienes que tener el punto a desarrollar dividido en pedazos
masticables. Y cierra con la conclusión más personal, más íntima posible. De
nuevo: cierra con tu reflexión más profunda del tema.
[10] Prioritiza. Lo más seguro es que no puedas
explicar todo lo que quieres explicar del tema en el tiempo asignado. Eso es
normal. Escoge uno o dos subtemas y enfócate en ellos. Invita a tu audiencia a
seguir contigo y el tema en tus libros, en tu sitio web, en tu programa de
televisión, etcétera.
[11] Preferible ser conciso con uno o dos temas
manejables en la conferencia a tener el estrés de querer abordar los
ochocientos secretos de una vida exitosa en cincuenta minutos.
[12] Si estás en la universidad, no cometas la
tontería de “dividir” la exposición de un tema con tus compañeros. No están en
la secundaria y los temas no se dividen así de “tú explicas este párrafo y tú
éste y yo éste”. Busca siempre ser tú quien se ponga al frente. Y deja de
pensar en modo bajo desempeño diciendo “pero es que yo hice el trabajo, yo
compré las cosas, ¿y aparte debo explicarlo también?” Sí. Explícalo. Deja de
quejarte. Exponer, explicar, pasar al frente del salón ES LO MEJOR que puedes
hacer en todos tus cursos universitarios. Te ayuda a levantar tu perfil, a
darte seguridad y a comprometerte a explicar algo de forma lo más clara
posible. A explicar, no a recitar como niño bien portado. Alguna vez expliqué
un teorema matemático del cual el día de hoy no recuerdo ni el nombre. En su
momento consulté con mi papá, resolví algunos ejercicios al respecto y leí lo
más que pude sobre el por qué existía ese maldito teorema. Pasé, lo expliqué –
y como las expectativas sobre mí eran pobres en ese respecto – todo el mundo
quedó fascinado. Me hicieron preguntas y pude responder algunas. Luego el
mostró tomó la batuta y adelante. Lo mismo con un sistema interno en una
organización internacional. Me paré frente a tipos que me doblaban la edad, me
triplicaban la experiencia y me rebasan en cuatro órdenes de magnitud en
recursos económicos y educación. Y quedaron fascinados. Esto lo sé porque me lo
dijeron y porque hicieron muchas preguntas. Prepárate en el sentido honesto de
entender más sobre el tema que aquellos a los que vas a servir, eso es todo. No
te prepares para tu conferencia en el sentido de estar posando como diva frente
al espejo.
[13] Ten expectativas de tu audiencia y díselas
todo el tiempo de la conferencia. Al inicio: “espero preguntas de todos
ustedes, las preguntas son el reflejo de una audiencia inteligente como
ustedes”. A la mitad: “y sobre este punto, me van a preguntar más en unos
momentos”. Y al final: “ahora es el momento donde demuestran su capacidad de
ser personas de alto desempeño, de poner su marca a esta plática y hacer sus
preguntas. No hay preguntas tontas, y si hacen una así, no me voy a reír”.
Presiónalos.
[14] El respeto es un miedo civilizado y educado.
No le tengas respeto a tu audiencia en el sentido de pensar que deben ser sólo
una masa inerte y pasiva a la espera de tu sabiduría. Diles lo que esperas de
ellos, presiónalos, bromea con ellos. Relájalos. Al hacerlo, te relajarás tú
también. Asígnales un perfil psicológico y gánatelos.
[15] No hables ni te expreses ni actúes de una
forma en que no hablas, no te expresas o no actúas en el día a día. Se nota
cuando estás siendo fantoche. No seas fantoche. Por favor, no seas fantoche.
Los pros notamos esto enseguida. Y no quieres joder tu reputación con los pros.
[16] ¿Cómo vestir? Como te sientas cómodo y como
irías a la celebración del cumpleaños de tu abuelita en un restaurante
elegante. En serio, como te sientas cómodo sin abusar de lo cómodo. Si usar un
traje y corbata te saca ronchas, tal vez el asunto no va por ahí. Platica con
los organizadores sobre lo que tienen en mente y pondéralo con lo que tú tienes
en mente y listo.
[17] Un gran conferencista es en esencia un gran
maestro. Sabe captar la atención de su audiencia, sabe leerlos, sabe cómo
activar una carcajada general o cómo crear expectación. Si todo esto te suena
cansado, aburrido, tedioso y sólo quieres enfocarte en tu presentación técnica
y listo, estamos en diferentes frecuencias. Yo estoy hablando de cómo hacer que
cada vez que estés al frente de un grupo de personas hagas el asunto memorable,
sin importar si son cinco o cinco mil.
[18] Da clases. De inglés. De yoga. De algo.
Aprende sobre las mejores técnicas de la enseñanza. Verás que no hay mucha
distinción entre un grupo de adolescentes y uno de niños y uno de adultos y uno
de profesionales y uno de universitarios. Al final lo que requieres es
ajustarte tú, pero dominando la lectura del lenguaje corporal, el timing, la
modulación de tu voz y tu ubicación en el salón/auditorio. Verás que todo eso
te da mucho control sobre cómo la efectividad en la impartición de tu mensaje.
[19] Que tu objetivo no sea que te inviten a dar
conferencias. Eso es irrelevante. Es una tontería. Que tu objetivo diario sea
hacer cosas relevantes. Hacer bien las cosas. Inspirar a otros a través de tu
comportamiento, a través de tus decisiones, a través de tu audiencia.
[20] Sé relevante durante un largo periodo de
tiempo sostenido y construirás una obra que llamará la atención de las mentes
adecuadas. Y esas mentes adecuadas comenzarán a jalarte. Para preguntas. Para
negocios. Para oportunidades. Para reuniones. Para conferencias.
[21] Explica todo lo que haces todo el tiempo,
explica tu visión todo el tiempo aquí, en el gran salón de clases que es
internet. Internet es un gran auditorio. Si no te habías dado cuenta, aquí
estamos todos queriendo que nos sorprendas y que nos hagas engancharnos
contigo. Queremos que nos expliques cosas. No vas a lograr que te veamos como
gran maestro o gran conferencista con los memes chistosos y con quejas en
hashtags. Lo vas a lograr moviéndonos a cosas grandes.
[22] Si te asignan el título de tu conferencia –
digamos algo como “La importancia de las verduras” – y tú quieres hablar de
algo que aparentemente no tiene que ver con eso, hazlo. No es falta de respeto.
Estás engrandeciendo el tema al combinarlo con otro. ¿Por qué no hablar de la
importancia de las verduras (nutrición) conectándolo con nuestro pobre
comportamiento personal moderno (psicología)?
[23] Otro punto estilo guerra de guerrillas es que
hables de lo que sabes que tienes que hablar independientemente de sólo el tema
asignado. Yo hablo sobre cómo abordar nuestra existencia de una forma más
trascendental en todas mis participaciones sobre negocios. No pido permiso a
los organizadores. Simplemente sé que es importante y sé que debo decirlo
porque yo – el conferencista, el profesor invitado – tengo el deber moral de
explicar y exponer el mejor mensaje que tengo en mí. Estoy sirviendo a la
comunidad en el largo plazo, no cumpliendo un compromiso profesional para
olvidarlo pronto.
[24] Más allá del ego engrandecido por estar al
frente de tres, treinta, trescientas o tres mil almas que nos ponen su total
atención, la forma trascendental de abordar nuestras conferencias es
entendiendo que es un servicio a esa comunidad. Si lo abordamos así,
conectaremos mejor. Si lo vemos como un mero aparador para lucirnos en lo
personal, eso sirve para una foto y poco más. Dar una conferencia es servir al
mundo de la forma más milenariamente probada posible: explicando algo de forma
oral.
[25] No creas que el éxito de alguien que hoy
conoces como un gran conferencista llegó de la nada. Te puedo decir que me
siento muy contento con la mayoría de mis conferencias. Pero a pesar de más de
diez años de experiencia en esta actividad, aún yerro. Mi desempeño en algunos
eventos de altísimo perfil no me ha dejado tan contento porque sé que pude
haberlo hecho muchísimo mejor. Así es esto. Hay días buenos y hay días mejores.
Cero latigazos emocionales. A mentalizarme para el siguiente evento. Haz lo
mismo.
[26] Si hoy tuvieras que dar una conferencia, ¿qué
nos explicarías para agregarlo a nuestra reserva de recursos mentales por el
resto de nuestras vidas?
Conferencias trascencentales(Aarón Benitez)